Si eres un millennial que ha acabado en esta página, seguro que ya sabes que somos la generación híbrida o la de transición, un paso por delante de los boomers que su primer contacto con la tecnología fue encender un televisor. Y un paso por detrás de la generación Z, esas personas más pequeñas que nosotros que son nativos digitales. Nosotros, como en muchas otras cosas, navegamos a medio camino entre ambas. Pero aunque no seamos propiamente nativos digitales si que somos adictos a la tecnología. Des de las consolas de mano pasando por el smartphone y hasta las plataformas de cine en casa, hemos sido la generación que ha ido consumiendo tecnología e incorporándola a nuestra vida de forma natural.
El siguiente paso: una casa inteligente
De la misma forma que has caído en todos los demás gadgets tecnológicos que han aparecido en tu camino. Ahora no tiene por qué ser diferente. Hace tiempo que se escucha hablar de la domotización y de las casas inteligentes. Pero ahora parece que ya es una realidad palpable que se va a colar en tu vida. Y lo es porque tener una casa smart es una forma de automatizar procesos y ganar en eficiencia y eficacia en algunas tareas del hogar. Es ganar seguridad al activar o desactivar desde tu móvil los enchufes o las luces de tu vivienda. Es comodidad al utilizar tu asistente de voz para realizar acciones concretas. Para mejorar constantemente todo aquello que no te gusta o que es optimizable. En definitiva, vivir mejor utilizando tu tiempo en lo que tu quieras invertirlo.
Seguramente, a estas alturas ya estás convencido que vas a transformar tu hogar, tarde o temprano. Un buen millennial no se resiste a una buena innovación tecnológica. Lo que probablemente te preocupe en este momento es el precio de tu casa inteligente. Pues bien, te diré que no es una gran inversión si quieres empezar poco a poco. Es diferente si, ahora de repente, has abierto los ojos y quieres domotizar todo tu hogar. La recomendación es que preveas un presupuesto, dediques una parte de tu tiempo a investigar más sobre esto y empieces a invertir de la mano de los profesionales del sector.
Si, quiero mi casa inteligente: por dónde empezar
Como ya se ha explicado no es necesario hacer una gran inversión para poder decir que estás haciendo la transformación en smart de tu hogar. De hecho, puedes empezar con cosas tan simples como un enchufe o una bombilla e ir complicando hasta tener toda tu casa totalmente domotizada. Seguramente ya conoces a Alexa, un asistente de voz, es un elemento domótico, quizás el más conocido actualmente.
Enchufes y bombillas
Es quizás lo más sencillo pero es también lo básico que debes tener. En este caso, el enchufe inteligente te ofrece mucha seguridad al poder activarlo y desactivarlo. Es especialmente útil cuando vas a estar ausente varios días de casa, que puedes comprobar que no ha quedado nada enchufado, no estás gastando energía y evitas que pueda haber cualquier problema eléctrico. Con las bombillas, es similar además de accionar el apagado y el encendido, también puedes modular la intensidad de la luz para crear diferentes ambientes.
Seguridad en el hogar
En el mundo en el que vivimos cada vez se hace más necesario disponer de sistemas de seguridad que eviten que nos entren en casa o que si lo hacen podamos sentirnos seguros y ponerlo rápidamente en conocimiento de la policía. Es por eso, que en tu casa inteligente, no puede fallar el control por una aplicación móvil de tu alarma o de tu cámara de seguridad.
Asistente de voz
Son los elementos electrónicos más conocidos del mundo de la domótica. Un asistente de voz va a poder conectar con el resto de aplicaciones y gadgets inteligentes que tienes en tu casa y con la voz vas a poder ahorrar mucho tiempo en la aplicación de tareas.
Calderas y calefacción
Por último, lo más complejo pero también algo que puede hacerte la vida mucho más fácil como es la caldera para que esté lista y al llegar a casa te puedas dar un baño caliente. O encender la calefacción para que cuando llegues ya esté a la temperatura perfecta para ti.